lunes, 18 de mayo de 2009

Un cuarto propio. Virginia Woolf

El año pasado alguien con mucha fe me regaló, para mi veinte cumpleaños, un librito de apenas 125 páginas con un contenido incendiario. Puede que a estas alturas, en estas coordenadas planetarias, parezca un tema ya superado, pero a mí me resultó de tremenda vigencia.


Las mujeres y la literatura. La mujer como escritora, como musa, como sombra y como testigo de una historia que no la incluye pero la castiga. La distorsión de su imagen contra la que no ha podido luchar. La dificultad de crear. La dificultad de crear a la vez que se lucha contra la desigualdad social, económica y moral. Y a pesar de ésta, los ejemplos de mujeres que lo han logrado. 


Para escribir, es decir, para valorarse, la mujer debe conseguir, en primera instancia, un cuarto y una renta propios. El resto vendrá solo. 


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