miércoles, 22 de abril de 2009

Jaime Bayly: l'enfant terrible de la televisión

La cultura como tema mediático requiere de un tratamiento especial. Esto se debe a que existe una brecha abierta que separa a los creadores y consumidores activos de cultura del resto de mortales. En muchas ocasiones estos dos grupos llegan a despreciarse mutuamente. Es por ello que la tarea de comunicador cultural se hace difícil: debe conciliar ambos bandos y a la vez aportar algo nuevo.
El periodista y escritos peruano Jaime Bayly desempeña desde hace años esta función de transmisor de la cultura a través de varios programas televisivos (El Francotirador en la televisión peruana Frecuencia Latina y Bayly desde Miami en la televisión norteamericana Mega TV). ¿Su secreto para saltar la brecha? Según su compatriota Jose Ríos, estudiante de Filosofía de la UAB, son varios: no limitar su personalidad provocadora y sin pelos en la lengua y tratar temas actuales y entretenidos de una manera entendible. En esta pequeña entrevista desarrolla estas ideas.
¿Qué intereses te llevan a mirar el programa?
Para mi significan una fuente de entretenimiento y de información de la actualidad Peruana. Básicamente lo miro por esto último, pero también porque me gusta su estilo, que es una mezcla entre sarcástico y cínico, aunque se agota muy rápido y a veces se vuelve cansado.

¿Te sientes informado al ver su programa?
En cierta forma sí. Aunque no es información de primera calidad y la información que reciba sólo sea en cuanto la forma del tema que se va a tratar pero no en cuanto al contenido de éste. Casino se hace una profundización seria.

¿El hecho de que sea compatriota tuyo es una de las razones por las que le sigues?
Sí, definitivamente. Porque compartimos muchas referencias culturales y sociales. Además siendo de mi país habla de temas cercanos a mí, y que me apetece informarme.

¿A qué temas te refieres?
Muchas veces trata de temas del mundo del espectáculo, aunque no pocas toca además la política. En general puede hablar de cualquier cosa siempre y cuando esté en boga.

¿Cuales de ellos te interesan más?
Los temas políticos que son los temas que, al ser tratados con su estilo sarcástico, poco serio y descuidado, contrastan con otros programas que analizan las mismas cuestiones.

Descríbeme el estilo comunicativo al que te referías antes
Intenta ser una suerte de mezcla mordaz e ingeniosa que este siempre un paso por encima o con una visión provocativa, ya sea de la situación que presenta como de la persona que invita.

¿Crees que este tipo de comunicación favorece a los espectadores?
Me parece que su estilo favorece a los espectadores en el hecho de que es sencillo y el mensaje que quiere transmitir llega fácil a quienes lo están viendo, pero no me parece un buen comunicador más allá de comunicar sólo bien sus propias opiniones en el tema que este tratando. Su tono es y manera de conducir los programas es bastante particular, aunque poco después de él ha habido varios que han querido imitarcierta forma agresiva o pícara de tratar a los invitados.

¿Encuentras ejemplos similares en España?
No. Lo más parecido sería un cruce entre Boris Izaguirre y Fernando Sánchez Dragó.

¿Crees que Jaime Bayly representa a un sector de la sociedad peruana?
Definitivamente, Jaime Bayly representa al sector de la sociedad media y alta, que se siente identificado mayormente con sus opiniones y que en cierta forma desprecia todo lo que ellos consideran “incultura” proveniente de la clase baja. Aunque supongo que por motivos de rating Bayly decide de vez en cuando introducir un personaje popular y de clase baja para mantener un programa equilibrado.


miércoles, 15 de abril de 2009

Hoy se me ha disuelto la facultad

¿Alguien puede explicar que está pasando en nuestra señora Facultad de Comunicación de la UAB? ¿Dónde están los periodistas y sus reportajes? ¿Y los departamentos?
El jocker sonríe feliz: detrás de la máscara solo había agentes del caos.

Bona nit

domingo, 12 de abril de 2009

Mi Buenos Aires I

-Què era Irlanda? Una música, potser.
La pell freda. Albert Sànchez Piñol




Cuando se escribe sobre un viaje se corre el riesgo de caer en el género "querido diario íntimo". Más aún si se trata de un viaje personal planeado con objetivos más allá de los turísticos. Estos quizás podrían resumirse en un intento de entender mi génesis. Como ven, de nuevo viajo para conocer mi geografía, así que es en este punto que pido al lector que se pregunte cuál es su razón de ser, qué andaba buscando con el ejercicio de su lectura.

Pues bien, los que anden buscando una descripción precisa y pragmática de la capital argentina, con datos y demás que pinchen aquí.

Al resto, me gustaría contarles un viaje que hice el año pasado con parte de mi familia para conocer a otra parte de ésta. Era el mes de mayo y a pesar de saber que era un suicidio estudiantil preparé las maletas teniendo en cuenta el otoño y que no iban a ser más que quince días.

Creo que fue al sentarme en mi acomodación turista de Aerolíneas Argentinas, aún en Barajas, cuando tuve por primera vez la certeza de estar en otro mundo -en el Tercero, para ser exactos. Fue el tapizado azul marino, las texturas, las blusas de las azafatas... dentro del avión aún reinaban los años noventa. Al fin, en contra de lo que parecían indicar los cuatro o cinco cambios que la compañía aérea -famosa por ello- había hecho en el horario del vuelo, el despegue fue un hecho.

El primer día la capital bonaerense me redujo -quizás este no sea el término exacto- a aquella etapa de la niñez en la que uno no conversa: sólo pregunta o exclama. Al volante mi tío el cardiólogo, y yo, apiñada entre primos, tíos y alguna que otra abuela, pude dejarme cautivar por el caos del tránsito de la ciudad. Mi primer paseo fue en el carril central de Rivadavia, entre una comitiva de cláxones que festejaban la última victoria del Racing -festejo al que se unía mi familia y un coche patrulla- y el humo negro de los tubos de escape más sinceros que he visto en mi vida. Y qué decirles de los paseos a pie por Flores. ¡Andar por las grandes avenidas era un espectáculo! Puede sonar trivial, pero es que aquellas calles de Buenos Aires son vida en estado puro. Con ello no quiero que nadie se imagine tangos o intelectualidad. Que nadie piense literatura. Quiero que vean adoquines levantados, repartidores de flayers en cada esquina, abrazos gratis que probablemente estén planeando afanarte la billetera, caras que son espejos de almas de todo tipo, que no están allí, están ensimismadas en sus preocupaciones y no buscan la aceptación. En la vereda, el ruido de la concentración de coches es tal que no escuchas a tu vecino. Pero cuando te detienes a por una empanada puedes llegar a ser testigo del más lúcido escáner sociopolítico en la zapatería-quiosco de Juan. Porque, a favor del mito hay que reconocer que, además de psicoanalistas de nacimiento, los argentinos son sociólogos, politólogos y toda ciencia que invite a la controversia. A favor del mito cabe hablar de la arrogancia porteña que, diría, está un poco maltrecha. Y se traduce, como en eco, a unas caras conocidas que se ponen graves "vos sabés como está la Argentina...". Para consolarse, preguntan por Europa, con un brillo en los ojos que asusta. Luego hablan de su sangre española y vuelven a resignarse, sonámbulos, en su día a día.

Y esto no es todo, por supuesto. En breve trataré de hablarles acerca de sabores, colores y pantallas, entre otras cosas.

jueves, 9 de abril de 2009

Haikus con perejil

Opino que los haikus son como pequeñas setas, que aparecen fácilmente con la humedad, con la lluvia. Al menos sí es cierto que cada vez son más y se reproducen solos. Por si alguien no lo sabe los haikus son pequeños poemas de tres versos (de cinco, siete y cinco sílabas) de origen japonés. El japonés Matsuo Basho fue el primer poeta haiku y durante el siglo XVII diferenció al haiku concediéndole una expresividad y una estética particulares que, el tiempo y poetas como Masaoka Shiki, dotaron de un carácter espiritual.

El caso es que actualmente podemos encontrar haikus de autores consagrados como Borges o Mario Benedetti o incluso revistas electrónicas dedicadas al género que permiten a los internautas colgar sus pequeños poemas en la red. Una servidora, por su parte, hará lo propio en las lineas que siguen. Espero que valoréis el intento.


Hay cuentos que no

se pueden leer más que

cuando es de noche




Al llegar sólo

pensó: bonita hora,

para un reloj




Un nuevo intento

por elevar los grados

de alcohol en vena




Menos escribir,

le dijo pepe a pepa,

y más vivir




Qué bonito es que

siempre seas, estés y

nunca parezcas




Luces, cámara,

acción: desde este instante,

imaginación




Ya te dije que

iba a cometer una

barbaridad