lunes, 4 de mayo de 2009

Mamá quiero ser pirata

En el más sucio rincón de mi negro corazón

De todo todísimo el abanico de personajes que pueblan la cabeza de la niña hay uno que la turba y agita. No siente por él una identificación profunda. Más bien representa sus sueños más salvajes, sus ansias de libertad, su filosofía de vida silvestre. Todas aquellas cosas que guardó en una cajita el día en que decidió permitir que decidieran por ella. 

CARTA A UN PIRATA

Maldito seas Jack Sparrow.
Después de estar contigo la niña no tiene hambre, la niña no puede dormir. Solo quiere zarpar en la Perla rumbo a ninguna parte. Y es que le has vendido una historia de piratas buenos. Ahora cree que todos son tan valientes, cómicos, ocurrentes, independientes, honrados y salvajes como tú. Que son todos buenos compañeros, ágiles y excéntricos como tú. Que tienen un lado oscuro -pequeñito- egoísta e interesado. Que les acosa una sola ambición, la de ser capitán de un barco embrujado, como tu Perla Negra. Y, cómo no, les perdona: "es que tienen un corazón pirata". 
Si tiene que inventar un cuento, se sitúa como protagonista pero encarna tu papel. Exprime tu carisma para que toda la historia gire al rededor de lo que más le gusta de tí: tu gestualidad, tu discurso afectado y cómico.
Está bien, Capitán. Sé que eres sólo un personaje. Que quizás lo máximo que has aportado al mundo sea un pequeño alejamiento de Disney del puritanismo al que sus personajes e historias nos tienen acostumbrados. Pero prométeme que no te la llevarás. Que como máximo harás un par de películas más y la dejaras crecer tranquila. 

Saludos,

Una madre preocupada.


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