En ella, algunos estudiantes del Institut han querido representar el tipo de educación que les gustaría tener -aprovechando la revisión que se abre con Bolonia- a través de la organización de mesas redondas, talleres y colaboraciones artísticas. Han reivindicado intervenciones desde todas las áreas del conocimiento que tienen por referentes. Desde arquitectos a grupos de creación cultural. Todos ellos comparten una rasgo común: la voluntad de trabajar de manera interdisciplinaria.
Esta revisión tiene su base en una reflexión mucho más profunda: la tendencia, en la escena barcelonesa, a colmar las salas con un teatro familiar, clásico y de fácil digestión. Lo cual cubre una demanda de mercado significativa. El problema viene cuando se hace en detrimento del otro teatro, el de autor, el reflexivo, creativo, que marca tendencia o la aniquila; aquel en el que un vaso chorreante de leche violácea puede representar el teatro. O la libertad.
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